Pese a los malos augurios provocados por la intensa sequía vivida durante los meses previos, y por la helada que en el pasado mes de mayo hizo prever una cosecha plagada de inconvenientes, Viña Vilano ha experimentado una de las mejores vendimias, en cuanto a calidad se refiere, de los últimos 10 años.

El año fue inusual desde el punto de vista climatológico. Las intensas lluvias caídas durante las semanas anteriores al inicio de la vendimia dieron un respiro al campo y lograron que la uva adquiriese unas excelentes condiciones fitosanitarias. Unas circunstancias que han permitido un envero perfecto, una correcta maduración del grano, y unos niveles de azúcar y acidez que auguran una calidad extraordinaria en los vinos de la cosecha 2017.

Unas condiciones que, en cualquier caso, sí han supuesto una merma considerable en cuanto a la cantidad de kilos recogidos en la vendimia de este año. La Ribera del Duero afronta la 2017 como una de las peores cosechas que se recuerdan, con reducciones de hasta el 40% de la producción habitual. No obstante, el grado de excelencia alcanzado por las uvas en las parcelas de Viña Vilano, permitirá alcanzar unas sobresalientes condiciones organolépticas en sus vinos.

Aunque todavía queda un largo camino por delante hasta que podamos degustar los vinos de la añada 2017, el equipo enológico ya está trabajando para lanzar al mercado auténticas joyas enológicas que vendrán marcadas por el sello de excelencia y calidad de Viña Vilano.