En pleno verano al querer pedir un vino, nos surge la pregunta:
¿del tiempo o fresquito?
¿la temperatura importa?
Importa, y mucho. Ajustando la temperatura del vino la cata puede mejorar o empeorar. En líneas generales, cuanto más caliente esté un vino (hacia los 20ºC), más aromático será, y viceversa.
Temperatura ambiente:
Tomar fresco:
A la hora de enfriar un vino no hacerlo en frigrorífico.

Es una obviedad, pero a veces no nos detenemos a pensar en las diferencias entre un tinto joven y un tinto de crianza y aquí ya nos estamos moviendo en un margen de 4 grados. Hay que tener en cuenta que, en general, cualquier vino con exceso de frío pierde aromas y suaviza la acidez y con exceso de temperatura acentúa la acidez y la sensación alcohólica. Para que se hagan una idea esta sería una tabla de temperaturas:
- Blancos jóvenes, espumosos, finos y manzanillas: 5-8 grados
- Rosados, dulces: 8-10 grados
- Amontillados, olorosos, oporto y blancos con crianza: 10-12 grados
- Tintos jóvenes bajos en taninos: 12-14 grados
- Tintos con crianza: 14-16 grados
- Tintos reserva y gran reserva: 16-18 grados.
Esta claro que esta opinión es como norma general, todos tenemos gustos personales como para disfrutar el vino a nuestra manera.